Contratado: Hadley
Nora PhoenixSebastian LeClerc es más rico que Midas. También es un capullo, un gruñón, un playboy y el peor de los jefes. Al menos, en lo que respecta a Hadley, que en un momento de su vida estuvo lo suficientemente loco como para aceptar trabajar para él como su asistente personal.
Gran error. Enorme.
Puede que Sebastian tenga un aire a Richard Gere y sea igualmente encantador de cara al público, pero eso no es más que una fachada. Y Hadley debería saberlo, dado que es una de las pocas personas que ve cómo es el verdadero Sebastian.
Salvo que parece que Sebastian sí que aprecia a Hadley... y le llama su rayo de sol. Y cuando, en raras ocasiones, sale algo bonito de su boca, Hadley no puede evitar sentir cómo se agita su corazón.
No. Eso no puede ser.
¿Se está enamorando de su jefe?